jueves, 18 de febrero de 2010

HISTORIAS QUE SI NO LAS CUENTO SE OLVIDARAN PARA SIEMPRE

EL MAS RICO NO ERA EL MAS LISTO
Mi antepasado, Pachin de Villarin había venido de La Habana en los años 1920 con una suma de dinero muy importante para la época, construyo una casona de tres pisos sobre su casa materna, ayudo a la construcción de una escuela con vivienda para el maestro y como no podía ser menos compro coche.
Aunque la marca del vehículo era “Hispano Suiza” el nombre recibido por el coche era “HAIGA” esta marca de coche que paso a la historia como el coche el indiano rico, el problema es que pese a que muchos aprendices de historiadores nos dicen nunca ha existido, este nombre tiene como origen , que cuando el indiano rico llegaba al puerto de Gijón desde las Américas necesitaba llegar en vehículo a su aldea, de la cual había marcha con lo puesto y casi siempre dejando a sus padres con la deuda del importes del pasaje de barco, y ya en aquella época cuando comprabas un vehículo nuevo había que esperar que lo trajesen de la fábrica, el indiano no podía esperar así que compraba el que había… el que haiga… de ahí la expresión.
Pues bien dicho pariente tenía coche pero no tenia carretera para llegar a pie de casona, teniendo que dejar a casi dos kilómetros su tesoro mecánico.
Así que organizo trabajos comunitarios y obligatorios en aquella época “sextaferias” con la vecinos para arreglar el acceso a la aldea, todos los vecinos participaron, unos por amistad, otros por temor al enfado del burgués, salvo un vecino de nombre Nato que alego que el camino de tierra que daba desde tiempo inmemorables acceso a su pueblo era suficiente para él y su familia.
Esta actitud no gusta a mi antepasado que denuncio al juzgado la negación de dicho vecino.
La justicia admitió la denuncia y después de cierto tiempo, con la obra todavía no terminada se convoco el juicio en el juzgado de la villa de Salas situada a 18 kilómetros del lugar de residencia de denunciante y del denunciado.
La mañana del juicio Nato madrugo más de lo normal para dejar sus labores realizadas y emprendió su camino andando claro hasta el cruce del acceso a Villarin con la carretera comarcal allí se sentó vestido con su traje de los días de ferias o de grandes acontecimientos, hasta que unas media hora más tarde apareció mi pariente Pachin subido en su HAIGA negro más brillante que los diamantes de la corona rusa, su traje de lana inglesa del mejor sastre de La Habana y su canotier traído de Paris todo orgulloso por el castigo que recibiría el vecino rebelde, por su falta de civismo hacia el vecindario, cuando tomando la curva hacia Salas se encuentra con dicho vecino en medio de la carretera haciéndole señales que parara.
Pachin sorprendido para, bajo la ventanilla y le pregunto al rebelde, con quien no había cruzado palabra desde que se había negado en colaborar en las obras de la nueva carretera, le pregunta que quería, pues que voy a querer le contesto Nato que me lleves al juzgado de Salas , Pachin no se podía creer lo que les estaba sucediendo y viendo su cara de estupor Nato le dice “ Pachin cuando has visto al milano llevar los polluelos andando”
Pachin se quedo sin respuesta le mando subir y así llegaron el denunciante y el denunciado al juicio.
Me imagino que el pobre Nato perdió este juicio, pero Pachin no solo lo llevo sino que tuvo que también traerlo de regreso a la aldea, con lo cual Nato subió por primera vez en un coche y tuvo de chofer al burgués que tanto lo había perseguido.
















HAY CABEZINA……
En nuestro pueblo hemos tenido vecinos de todo tipo, después de la guerra el alcalde pedáneo de nombre PELAYO obligaba a los vecinos a cantar el himno nacional a la salida de misa todos los domingos, los obligaba a realizar trabajos comunitarios y requisaba los caballos para el uso de la guardia civil, casi todo el vecindario vivía con temor y miedo bastante normal en aquella época. Había un vecino de nombre CURTIO, jardinero del palacio local, y poco amigo de la máxima autoridad de la aldea, al cual le había prometió venganza por su manera de llevar las cosas del pueblo.
Desgraciadamente para CURTIO el alcalde falleció antes de poder llevar a cabo un plan maquiavélico para vengar la humillación vecinal.
Aplicándose, sin saberlo la máxima francesa de que “la venganza es un plato que se come frio...” pasaron los años y un día después de una partida de cartas, CURTIO se dijo al enterrador, por cierto cuando vayas a sacar los restos de PELAYO avísame…
Los días, las semanas y los años pasaron y el día llego, MARCELINO que así se llamaba el encargado del campo santo, pasando delante de una de las tabernas vio a CURTIO sentado en un banco de tertulia con algún vecino, se recordó lo que le había comentado años anteriores y le dijo que iba a sacar los restos de PELAYO con el fin de hacer sitio en el panteón familiar. Los dos bajaron al cementerio, MARCELINO empezó su labor y CURTIO se sentó a la espera…
Se fueron guardando los huesos del difunto uno a uno hasta que le llego el momento de guardar la calavera, momento que CURTIO se levanto y le rogo a MARCELINO que esperara un momento, metió sus dos dedos en el agujero que habían dejado los ojos del alcalde levanto su resto de cabeza al igual que HAMLET lo hizo, y dijo “HAY CABEZINA LA LATA QUE DISTE…” y tiro la calavera monte abajo donde sin duda debe de seguir separada del resto de los huesos del regidor local.















UN FAVOR SE HACE…

En mi pueblo había un vecino de nombre JOSENIN, que había llegado de Cuba y que vivía con sus hermano y hermana, se caso con una vecina pero la pareja solo duro unos meses,
JOSENIN tenía la mala costumbre de enseñar su miembro viril a casi todas las mujeres del lugar, como realmente ninguna de ellas veía ningún peligro, en lo que ellas consideraban como una chiquillada.
Una vez una vecina llamada AMOR se dirigía al rio con su burro a recoger leña para el invierno y se encontró con el vecino exhibicionista, pasando a su lado le miro su miembro viril en pleno apogeo le mira a de frente y le dijo “chico por falta de gaita no te sacan de lo orquesta” y siguió a sus labores dejando allí tirado en el camino al vecino.
Una noche de invierno, con dicho vecino recién fallecido, en la cocina de mi casa siendo yo un niño, un grupo de vecinas empezaron a comentar la vida del difunto, y claro salió el tema de la exhibición, y RAMONCITA una vecina ya mayor en aquella época se sorprendió de esas historias, y dijo pues yo no sabía nada pobre decía RAMONCITA y porque no se lo pidió a alguna de nosotras un favor se hace a cualquiera… quedando todas las vecinas todavía mas sorprendidas por el comentario que cuando veían las exhibicionista en plena faena.

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